¡China invade el mundo con tierras raras! ¿Qué significará esto para el futuro de la energía?

Pekín, el principal proveedor de elementos críticos para la transición energetica, ha aumentado su producción de tierras raras. El objetivo es claro: disminuir los precios y beneficiar a su propia industria.

Las tierras raras son un grupo de 17 metales con propiedades únicas y altamente especializados que se utilizan en una amplia gama de aplicaciones, desde turbinas eólicas y muelles de automóviles hasta teléfonos móviles y televisores de alta definición.

China, que actualmente produce más del 90% de las tierras raras del mundo, ha estado trabajando para aumentar su producción y reducir su dependencia de las importaciones. El gobierno chino ha invertido millones de dólares en la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías para extraer y procesar las tierras raras, y ha ofrecido incentivos financieros a las empresas que inviertan en la producción de estos elementos.

El aumento en la producción china de tierras raras ha provocado una disminución en los precios mundiales. Según cifras de la Agencia de Estadísticas de Metales de China, el precio de la cerita, un tipo de tierra rara, cayó un 40% en 2022 con relación al año anterior.

La reducción en los precios ha sido bien recibida por las empresas que dependen de las tierras raras para producir sus productos. Las empresas de energía renovable, en particular, han visto una disminución en los costos de producción, lo que ha permitido a sus productos ser más competitivos en el mercado.

Pero la expansión china de la producción de tierras raras no solo beneficia a las empresas que las utilizan. También puede tener un impacto positivo en la transición energética global. Las tierras raras son componentes clave en muchas tecnologías limpias, como los paneles solares y las turbinas eólicas, y una disminución en sus precios puede hacer que estas tecnologías sean más asequibles y accesibles para más personas.

En resumen, el aumento en la producción china de tierras raras ha reducido los precios mundiales y beneficiado a las empresas que dependen de estos elementos para producir sus productos. Sin embargo, el impacto más significativo de esta tendencia puede ser en la transición energética global, ya que puede hacer que las tecnologías limpias sean más asequibles y accesibles para más personas.