¡Cuidado! 5 sesgos ocultos que pueden destruir tu carrera sin que te des cuenta

Los sesgos inconscientes son tendencias de pensamiento automáticas y generalmente no intencionadas que influyen en nuestra forma de percibir y evaluar la realidad. Están instalados en nuestro cerebro para facilitarnos la vida y tomar decisiones rápidas, ya que nuestra mente no podría procesar toda la información disponible de manera consciente y racional. Sin embargo, a menudo estos sesgos pueden ser discriminatorios y reducir nuestra capacidad de decisión, afectando nuestras relaciones laborales y nuestro desempeño profesional.

En el siguiente artículo, exploraremos cinco sesgos inconscientes comunes que pueden estar perjudicando tus relaciones laborales sin que te des cuenta.

1. Efecto halo

El efecto halo se refiere a la tendencia a juzgar a alguien en función de una característica o aspecto positivo. Por ejemplo, si un empleado es especialmente atractivo o tiene un título universitario de una institución prestigiosa, es posible que se le considere más competente o capaz que otros, aunque no necesariamente sea el caso. Esto puede llevar a decisiones contraproducentes y favorecer a personas que no son las mejores opciones para un proyecto o tarea específica.

2. Sesgo de confirmación

El sesgo de confirmación se produce cuando buscamos información que confirme nuestras ideas preconcebidas y ignoramos la que las contradice. En el lugar de trabajo, esto puede llevar a que nos rodeemos de personas que comparten nuestras opiniones y evitamos debatir con aquellas que piensan diferente. Esto puede limitar nuestras oportunidades de aprendizaje y crecimiento, y también puede perpetuar estereotipos y prejuicios.

3. Sesgo de anclaje

El sesgo de anclaje se produce cuando utilizamos información inicial o disponible para tomar decisiones posteriores, aunque esta información no sea necesariamente relevante o precisa. Por ejemplo, si un empleado nos dice que su salario en el trabajo anterior era muy alto, es posible que lo consideremos automáticamente como alguien con un alto valor en el mercado laboral, aunque su desempeño y habilidades reales puedan no corresponder a ese nivel.

4. Sesgo de disponibilidad

El sesgo de disponibilidad se produce cuando sobrestimamos la importancia o la frecuencia de eventos que están frescos en nuestra memoria. Por ejemplo, si recientemente hemos experimentado un proyecto fallido con un empleado, es posible que sobreestimemos la probabilidad de que esto vuelva a ocurrir en el futuro y tomemos decisiones basadas en ese temor.

5. Sesgo de autoridad

El sesgo de autoridad se produce cuando tendemos a seguir la opinión o el consejo de alguien que es percibido como experto o autoridad en un tema, aunque su opinión no necesariamente sea la más objetiva o informada. En el lugar de trabajo, esto puede llevar a que se tomen decisiones académicamente correctas pero que no responden a las necesidades reales de la organización.