DESCUBRE EL DÍA QUE EL FÚTBOL SE VOLVIÓ UN INFIERNO: La tragedia que sacudió a Guatemala

El fútbol es un deporte que une a personas de diferentes culturas y ámbitos sociales, pero en algunos casos, puede desencadenar en tragédias que dejan una marca indeleble en la historia. En Guatemala, el recuerdo de la tragedia ocurrida en 1996 aún es vivo y sigue siendo un tema delicado para muchos hinchas y futbolistas.

Todo comenzó en un partido de fútbol entre dos equipos locales, el Nacional y el Municipal, que se enfrentaban por la Liga Nacional de Guatemala. El encuentro se llevó a cabo en el Estadio Nacional Mateo Flores, un recinto que ya había sido escenario de partidos intensos y apasionados en el pasado.

Pero aquel día, algo salió mal. A medida que el partido avanzaba, la tensión y la emoción de los hinchas se fueron intensificando. La tribuna se saturó de personas que querían presenciar el encuentro, y pese a las advertencias de las autoridades, muchos decidieron entrar al estadio sin la debida autorización.

La falta de control y la negligencia de los responsables del estadio permitieron que se sellara el destino de decenas de personas. En un momento dado, la situación se descontroló y una estampida humana se produjo en la tribuna, lo que resultó en una trágica catástrofe. La estampida causó la muerte de 84 personas y dejó más de 200 heridos, muchos de los cuales sufrieron lesiones graves.

La noticia se propagó rápidamente por todo el país, y el shock y la consternación se apoderaron de la población. Las autoridades lanzaron una investigación exhaustiva para determinar las causas de la tragedia y responsabilizar a los culpables. Sin embargo, la investigación fue lenta y no siempre transparente, lo que generó mucha frustración y desconfianza entre la población.

A medida que pasaban los años, la memoria de la tragedia seguía viva, y aunque se hicieron algunos esfuerzos para mejorar la seguridad en los estadios de Guatemala, la sensación de que algo podía fallar siempre permaneció. La tragedia del Estadio Nacional Mateo Flores sigue siendo un recordatorio de la importancia de la seguridad y la responsabilidad en los eventos públicos, y un homenaje a las víctimas y sus familias.