Los chorros cósmicos o jets son potentes flujos de materia y energía que se observan en una amplia gama de escalas en el universo, desde los pequeños chorros que emanan de las estrellas jóvenes hasta los enormes chorros que se producen en los núcleos de las galaxias activas.
Estos chorros están compuestos por partículas cargadas, como electrones y protones, que se aceleran a velocidades extremadamente altas, llegando a alcanzar una fracción significativa de la velocidad de la luz.
Un equipo de científicos ha descubierto recientemente un mecanismo universal que da forma a estos chorros cósmicos en el espacio, lo que ha permitido a los investigadores entender mejor la física detrás de estos fenómenos.
La investigación se centró en el estudio de una nebulosa que destruyó su sistema solar y conservó restos de un exoplaneta, lo que proporcionó una visión única de los procesos que ocurren en los chorros cósmicos.
Los científicos utilizaron observaciones de telescopios espaciales y simulaciones computacionales para reconstruir la historia de la nebulosa y entender cómo se formaron los chorros cósmicos que la rodean.
Los resultados del estudio sugieren que los chorros cósmicos se forman a través de un mecanismo de retroalimentación, en el que la energía liberada por la materia que cae hacia un objeto masivo, como un agujero negro o una estrella, se convierte en una onda de choque que acelera las partículas cargadas y las lanza hacia el espacio.
Este mecanismo es universal y se aplica a todos los chorros cósmicos, independientemente de su escala o ubicación en el universo.
La comprensión de este mecanismo ha permitido a los científicos avanzar en su conocimiento de los chorros cósmicos y su papel en la formación y evolución del universo.
Los chorros cósmicos juegan un papel fundamental en la regulación del crecimiento de las galaxias y la formación de estrellas, y su estudio puede proporcionar claves importantes para entender la historia y el destino del universo.