El Barcelona vivió una noche de pesadilla en Lleida, donde se enfrentó a un rival que no se rindió en ningún momento. A pesar de la victoria de los culés, el partido dejó un sabor amargo en la boca de los seguidores azulgranas.
El parcial local de 16-0 al final del partido puso en peligro el triunfo azulgrana y demostró las falencias defensivas del equipo. Los jugadores de Lleida aprovecharon las debilidades del Barcelona y lograron igualar en varios momentos del partido.
El Barcelona, que tenía en su poder el control del partido, se relajó en los últimos minutos y permitió que el rival se acercara. La falta de concentración y la poca exigencia en defensa permitieron que Lleida se aprovechara de las oportunidades y anotara varios puntos consecutivos.
Aunque el Barcelona logró mantenerse en la cima del marcador, el resultado final no fue tan convincente como se esperaba. Los seguidores y el entrenador de los culés saben que todavía hay mucho trabajo por hacer para mejorar la defensa y evitar que los rivales se aprovechen de las debilidades del equipo.