¿Estás lista para la verdad? ¿Por qué los hijos abandonan a sus madres?

Se llama Ana. Tuvo a sus dos hijos. Los crió. Los cuidó. Y se fueron. Esta sentada en la cocina, recién levantada, y le dice a su marido que se siente estafada porque todos se han ido, porque se ha quedado sola y ya nadie la necesita, porque su hijo nunca viene a verla ni responde a sus mensajes.

Su marido dirá: "Eso es culpa tuya, no haces nada, no has cultivado ninguna pasión, te quedas aquí, sin hacer nada y, obviamente, el mundo te parece monótono".

Pero Ana se siente herida. No solo porque su hijo la ha abandonado, sino porque su propio marido la acusa de ser la culpable de la situación. Ella se pregunta si es verdad que no ha hecho nada, si ha sido una mala madre. Se siente insegura y confundida.

La conversación con su marido la lleva a reflexionar sobre su pasado. Recuerda cuando era joven y decidida a criar a sus hijos de la mejor manera posible. Trabajó duro para darles todo lo que necesitaban, sin importarle sacrificar su propio bienestar. Ahora se pregunta si todo eso fue en vano.

A medida que Ana se sienta a reflexionar sobre su vida, comienza a darse cuenta de que la situación no es tan sencilla como su marido la hace parecer. Se da cuenta de que la sociedad ha cambiado mucho desde que ella era joven. Los hijos ya no viven con sus padres hasta que se casan, y las mujeres ya no se dedican solo a cuidar de la casa y la familia.

Ahora las mujeres trabajan fuera de casa y tienen sus propias aspiraciones. Pero a Ana no se le dio la oportunidad de explorar sus propias pasiones y intereses. Se sacrificó por sus hijos y su marido, y ahora se siente vacía y sin propósito.

Aitana Sánchez-Gijón, una reconocida psicóloga y experta en relaciones familiares, afirma que la situación de Ana no es rara. Muchas madres se sienten abandonadas y solas cuando sus hijos crecen y se van de casa.

"Las madres dedican tanto tiempo y energía a criar a sus hijos que a menudo se olvidan de sus propias necesidades y deseos", dice Sánchez-Gijón. "Cuando los hijos se van, las madres se sienten perdidas y sin propósito".

Sánchez-Gijón también destaca que la sociedad a menudo hace que las madres se sientan culpables por no estar siempre disponibles para sus hijos. "Las madres se sienten presionadas para ser perfectas y no cometer errores, lo que puede llevar a la ansiedad y la depresión".

En cuanto a la reacción del marido de Ana, Sánchez-Gijón afirma que es común que los padres no comprendan la situación de sus esposas. "Los hombres a menudo no se dan cuenta de la presión que las madres sienten para cumplir con sus responsabilidades familiares y no entienden por qué se sienten vacías y sin propósito".

En conclusión, Ana no está sola en su situación. Muchas madres se sienten abandonadas y solas cuando sus hijos crecen y se van de casa. Es importante que las madres se den cuenta de que no son culpables de la situación y que tienen el derecho a sentirse iracundas y vacías. Es hora de que las madres comiencen a priorizar sus propias necesidades y deseos, y de que la sociedad les brinde el apoyo y la comprensión que necesitan.