La tensión entre el gobierno y los gremios universitarios llegó a un punto crítico después de que el gobierno ofreciera una 'solución' que fue vista como un insulto y un chantaje por parte de los sindicatos. La propuesta gubernamental consistía en darles a los sindicatos una décima parte de lo que están reclamando, lo que es visto como una ofensa y un intento de dividir a los trabajadores universitarios.
La respuesta de los gremios universitarios fue rápida y contundente. Rechazaron la ofrenda y anunciaron que la marcha planeada será aún más masiva y contundente de lo que se esperaba. Los sindicatos están indignados por lo que consideran un intento de chantaje y manipulación por parte del gobierno.
La pérdida salarial de más de 55 puntos es un tema muy sensible para los trabajadores universitarios, y la propuesta gubernamental es vista como un desprecio a sus demandas legítimas. Los sindicatos han estado luchando durante meses para obtener un aumento salarial justo y una mejora en las condiciones de trabajo, pero el gobierno ha sido renuente a escuchar sus demandas.
La marcha planeada es una oportunidad para que los trabajadores universitarios y sus simpatizantes expresen su indignación y su descontento con la política gubernamental. Es probable que la marcha sea una de las más grandes y más ruidosas de los últimos años, y el gobierno tendrá que enfrentar las consecuencias de su política de división y manipulación.