¿Por qué la búsqueda del éxito eterno nos está destruyendo desde adentro?
La crueldad del triunfo mal entendido radica en que nos hace creer que nuestra valía como personas depende de nuestros logros. Si no cumplimos con las expectativas, nos sentimos fracasados y sin valor. Esta mentalidad nos lleva a vivir en una constante lucha por demostrar nuestra valía, sin darnos cuenta de que nuestra verdadera valía no depende de nuestros logros, sino de Quién somos como seres humanos.
La cultura del éxito eterno nos ha enseñado a valorar la eficiencia y la productividad por encima de todo. Nos empuja a trabajar sin descanso, sin disfrutar del camino y sin vivir el presente. La vida se convierte en una serie de objetivos por cumplir, sin importar el costo para nuestra salud mental y física. En este sentido, podemos afirmar que la busca del éxito eterno nos está destruyendo desde adentro.
Es hora de replantearnos nuestra visión del éxito y valorar la vida en sí misma, y no solo en función de nuestros logros. Es hora de reconocer que nuestra valía como personas no depende de nuestros triunfos, sino de nuestra capacidad para amar, conectar con los demás y disfrutar del presente. Al hacerlo, podremos encontrar un sentido más profundo y auténtico de la vida, y evitar que la búsqueda del éxito eterno nos destruya desde adentro.