La historia de
Bette Davis es una de las más fascinantes en la historia de Hollywood. Con una carrera que abarcó más de 50 años, la actriz estadounidense se convirtió en un icono del cine, ganando dos
Óscar y siendo nombrada una de las mejores actrices de todos los tiempos. Sin embargo, su vida personal y profesional estuvo marcada por desafíos y luchas, especialmente en una época en que las mujeres tenían pocos derechos y oportunidades. En 1962, después de terminar el rodaje de la película
¿Qué fue de Baby Jane?, Davis decidió tomar una decisión sorprendente: publicar un anuncio en la revista Variety en busca de trabajo. El anuncio, que incluía una foto de la actriz y un mensaje irónico, decía: "Madre de tres hijos, divorciada. Estadounidense. Treinta años de experiencia como actriz de cine. Conservo movilidad; más amable de lo que dicen. Se ofrece para trabajo estable en Hollywood (experiencia en Broadway)". Este anuncio fue el punto de partida para la obra
Loba, escrita y dirigida por Juan Mairena y protagonizada por
Meélida Molina y Carlos Troya. La obra se centra en el encuentro entre Davis y un joven guionista que se convierte en su admirador y amigo. A medida que la historia avanza, se revelan los desafíos y luchas que Davis enfrentó en su carrera y vida personal, desde la discriminación y el sexismo en Hollywood hasta su búsqueda de amor y aceptación. La obra también explora la soledad y la desesperación que Davis sintió en momentos de su vida, cuando se sintió relegada a papeles secundarios y olvidada por el público. La visita de Davis a San Sebastián en 1989 para recibir el premio Donostia fue un momento crucial en la creación de esta obra, según Juan Mairena. El dramaturgo afirma que la chispa que encendió la escritura de esta función fue la capacidad de mostrar la ironía y el desencanto con que Davis revisaba su trayectoria. La obra
Loba es un homenaje a todas las actrices que, después de una vida de lucha, son relegadas a papeles secundarios y olvidadas. Meélida Molina, que encarna a Davis en la obra, destaca que lo que más le interesó de este proyecto fue poder conocer parte de la vida personal de la actriz. "Poder indagar en los miedos, las dificultades, la lucha que tuvo que llevar a cabo esta mujer para poder imponerse, para poder imponer su forma de trabajar, su forma de concebir la interpretación", afirma Molina. La actriz también destaca que Hollywood era una cárcel para muchas actrices, sometidas a transformaciones físicas, cánones de belleza y expectativas de interpretación. Davis se enfrentó a todo esto y también a su soledad, buscando amor y aceptación en un mundo que a menudo la rechazaba.