¿Sinaloa en la oscuridad?: 37 escuelas sin electricidad, ¡el futuro de los niños en juego!

Uno de los retos más significativos que enfrentan lugares como Sinaloa es garantizar la educación a pesar de las contingencias que han surgido durante el actual ciclo escolar. En las últimas semanas, parece que las condiciones se han normalizado y muchos estudiantes han podido regresar a las aulas en las escuelas de educación básica. Sin embargo, hay planteles en los que la educación que se imparte no se está llevando a cabo en condiciones óptimas debido a la falta de suministro de electricidad.

La situación ha sido denunciada en diferentes planteles de educación, donde madres de familia han expuesto que se encuentran sin el servicio porque la Comisión Federal de Electricidad (CFE) les cortó el suministro al excederse en el consumo permitido. De parte de las autoridades educativas, afirman que se trata de temas de infraestructura en las escuelas que se han estado atendiendo para resolverlos. Pero mientras llega esa solución, se ha reconocido que son 37 las escuelas que han estado pasando por este problema.

Mientras se atiende y se resuelve esta situación, es importante que en los proyectos de mejora a la infraestructura educativa, las autoridades tomen en cuenta la disponibilidad de la energía eléctrica para que las escuelas no enfrenten obstáculos que les impidan cumplir con el programa de estudios. Por una parte, es bueno que haya programas de parte de las autoridades para ir mejorando la infraestructura de los planteles y para que niñas y niños estén en mejores condiciones de asumir su aprendizaje.

Es destacable que madres y padres de familia se involucren en la atención que se les da a sus hijas e hijos en las escuelas y que ésta se dé de mejor manera. Porque sin el reclamo que ellos han hecho, seguramente la atención y solución a la falta de energía eléctrica en algunos planteles habría durado más si no hubiera habido de por medio alguna manifestación. Sin duda, Sinaloa tiene frente a sí muchos retos y muchos frentes por resolver, pero el de la educación debe considerarse como uno de los más prioritarios porque de ella dependen las futuras generaciones y resolver sus necesidades no debe tardar tanto.

La falta de electricidad en las escuelas no solo afecta el proceso de enseñanza, sino que también puede desmotivar a los estudiantes y a los maestros, lo que a su vez puede llevar a una disminución en la calidad de la educación. Es fundamental que las autoridades educativas y los gobiernos locales trabajen juntos para encontrar soluciones a este problema y garantizar que todas las escuelas tengan acceso a la energía eléctrica y a los recursos necesarios para proporcionar una educación de calidad.