¡Espanyol al borde del abismo! 26.606 valientes merecen mucho más que este equipo

El Espanyol volvió a protagonizar un encuentro en el que no fue ni de lejos superior a su rival, lo que ya se está convirtiendo en una constante en la temporada. Tal y como viene sucediendo en la mayoría de partidos de lo que va de temporada, el conjunto blanquiazul se quedó en ser un cúmulo de buenas intenciones y no pudo escenificar sobre el verde el plan de partido que se supone que quería. Cuanto menos, no lo hizo lo suficientemente bien como para imponerse.

Los de Manolo González arrancaron bien, teniendo un gran peso en ello el hecho de adelantarse pronto en el marcador, pero fueron diluyéndose cual azucarillo y si hubo un equipo merecedor del triunfo en el tramo final fue el Leganés y no el Espanyol. Solo varias acciones de ‘valor gol’ de Joan Garcia evitaron que los de Borja Jiménez regresasen a Butarque con los tres puntos en el zurrón y haría bien el cuadro perico en pensar en ello en lugar de lamentar que la pelota diese en la mano de Alejo Veliz en el gol que le anularon al argentino.

Viene siendo habitual que quede en el ambiente la sensación de que el Espanyol merece mejor suerte que la que tiene en sus partidos cuando en realidad los números dicen lo contrario casi siempre. Es hora de que el equipo blanquiazul se dé cuenta de que la suerte no es el principal factor en sus resultados y que es hora de empezar a trabajar en serio para mejorar su posición en la tabla.

Con 26.606 valientes en el estadio, el Espanyol cuenta con el apoyo de su afición, pero es hora de que el equipo les dé algo a cambio. La suerte no puede ser el principal argumento para justificar los malos resultados, y es hora de que el equipo comience a tomar medidas para mejorar su juego y obtener los resultados que merece.

En resumen, el Espanyol necesita dejar de lado las excusas y empezar a trabajar en serio para mejorar su posición en la tabla. Con el apoyo de su afición, el equipo puede lograr grandes cosas, pero es hora de que comiencen ademostrar su valía en el campo.